Nuevo concierto sinfónico-vocal

La temporada artística 2023 continuará el domingo 5 de noviembre, a las 18, con un concierto sinfónico-vocal que se realizará en la Sala “Alberto Ginastera” del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino, ubicado en la Avenida 51 entre 9 y 10. Este espectáculo integra las actividades programadas por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.

La Orquesta Estable, dirigida en esta oportunidad por Natalia Salinas, ofrecerá un programa constituido por “Suite Parkour” de Tomás Bordalejo (escrita por encargo del Teatro Argentino); “Shéhérazade”, tres poemas para canto y orquesta, de Maurice Ravel (con la participación como solista de la mezzosoprano Adriana Mastrángelo) y la Sinfonía N° 2, en Re mayor, Op. 43, de Jean Sibelius.

Las entradas gratuitas, con reserva online, se podrán obtener a partir del jueves 2 de noviembre, a las 12, a través del  link publicado en la Web y en las redes sociales del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y el Teatro Argentino.

Las personas mayores de 65 años tendrán además la opción de reservar tickets de forma presencial, mediante un cupo de entradas destinadas a tal fin, también el jueves 2 de noviembre, de 12 a 18, acercándose a la boletería del Teatro y presentando su DNI.

Sobre las obras que integran el programa

Dice el compositor  de “Suite Parkour”, Tomás Bordalejo, nacido en Buenos Aires en 1983 y residente en Francia: “Es una obra en dos movimientos para gran orquesta. ‘Parkour’ es el nombre de una técnica física que consiste en transformar la ‘escenografía urbana’ en obstáculos que deben ser sorteados. Construí el primer movimiento basándome en dos armonías complejas; una de ellas se presenta verticalmente, con escansiones brutales durante la apertura, y más tarde es retomada de diversos modos (en forma de ‘continuo’ por las cuerdas o en forma de arcos sonoros por los vientos). La segunda sección lleva el subtítulo de ‘Vocalises’ (Vocalizaciones) y es interpretada únicamente por cuatro cornos y percusionistas. Esta sección desemboca en un un gran tutti orquestal que, a través de la saturación del espacio sonoro, da lugar a la segunda armonía del primer movimiento. Este ambiente hostil se deteriorara gradualmente, dejando percibir la textura estática de las cuerdas, las cuales se van apagando paulatinamente. El segundo movimiento, ‘Claustro’, propone una textura sonora que aparenta ser estática pero que en realidad oscila entre el unísono y otras armonías más complejas. Este movimiento propone un espacio íntimo, de meditación y espiritualidad. El aspecto horizontal de las cuerdas es interrumpido en varias ocasiones por bloques sonoros verticales y profundos de los cobres y las maderas.”

Con su gran carga de exotismo, Shéhérazade, la narradora de “Las mil y una noches”, fue fuente de inspiración para muchos artistas, entre ellos Maurice Ravel (1887-1937).  Por eso el gran compositor francés le dedicó, aparte de una Obertura escrita en 1898, un ciclo de canciones para mezzosoprano (o tenor) y orquesta, basado en poemas de su amigo Tristan Klingsor. La pieza resultante está dividida en tres canciones (que son, consecutivamente, “Asia”, “La flauta encantada” y “El indiferente”), cuenta con una magnífica orquestación y dura en total aproximadamente 17 minutos. El estreno tuvo lugar en París en 1904.

El más importante músico que produjo Finlandia, Jean Sibelius (1865-1957), escribió su Sinfonía N° 2, en Re mayor, Op.43, entre 1901 y 1902. La primera audición se concretó el 8 de marzo de este último año, en Helsinki, con la dirección del propio autor. Consta de cuatro movimientos (Allegretto/Tempo andante, ma rubato/Vivacissimo/Finale. Allegro moderato) y su ejecución completa se extiende por alrededor de 45 minutos. Algunos han querido ver en la obra, sobre todo por las resonancias de su grandioso final, una celebración sonora de la lucha que por entonces llevaban adelante los fineses para liberarse de Rusia. Incluso llegaron a bautizarla popularmente como “Sinfonía de la Independencia”. Pero el compositor siempre dijo que se trataba de música pura y abstracta y negó cualquier intención programática.