Por qué diciembre hace que ronquemos más: el impacto de las cenas abundantes, el alcohol y los cambios de rutina

Durante las fiestas de fin de año, los hábitos se alteran: horarios más tardíos, comidas pesadas y mayor consumo de alcohol. La Dra. Ana Cofré, explica por qué este combo puede disparar los ronquidos y qué hacer para prevenirlos.

Diciembre no solo marca el cierre del año: también inaugura una temporada de celebraciones que modifican de manera significativa la rutina. Entre despedidas laborales, brindis, reuniones familiares y vacaciones, es habitual comer más tarde, beber más de lo habitual y descansar menos. En muchas casas, esto tiene una consecuencia que se repite año tras año: los ronquidos aumentan.

“En diciembre se combinan varios factores que relajan más de la cuenta las vías respiratorias y favorecen el colapso nocturno”, explica la Dra. Ana Cofré (MN 117124 / MP 8815), médica especialista en Otorrinolaringología y directora del Centro Patagónico de Otorrinolaringología. “Lo que comemos, lo que bebemos y la hora a la que nos acostamos influyen directamente en la forma en que respiramos durante el sueño”.

La experta remarca: el patrón se repite todos los años porque los desencadenantes son previsibles y acumulativos.

Alcohol: el principal factor que agrava los ronquidos en las fiestas

La evidencia científica es clara. Estudios publicados en Journal of Pharmaceutical Analysis y en revisiones sobre trastornos respiratorios del sueño confirman que el alcohol agrava y aumenta los ronquidos, tanto en personas que ya roncaban como en quienes no tienen antecedentes.

El motivo es fisiológico: el alcohol relaja en exceso los músculos que mantienen abiertas las vías respiratorias. Esa caída de la tensión facilita el estrechamiento de la vía aérea y, como consecuencia, la vibración de los tejidos.

“El alcohol no solo relaja la musculatura, también puede generar inflamación nasal y aumentar la congestión”, señala Cofré. “Esto favorece que la persona respire por la boca y ronque más, incluso si normalmente no lo hace”.

Comidas abundantes, dulces y horarios tardíos: un combo que no ayuda

Las celebraciones argentinas suelen incluir mesas generosas. Cuando se combina una ingesta calórica elevada con horarios nocturnos, el cuerpo responde con digestiones prolongadas, reflujo y congestión.

“Los alimentos que favorecen el reflujo y las cenas abundantes pueden contribuir al ronquido, sobre todo en época de fiestas”, explica Cofré. “No es solo lo que se come, sino la combinación de abundancia, horario tardío y descanso inmediato”

Diciembre también implica menos actividad física y más estrés, lo que puede alterar la calidad del sueño y propiciar ronquidos más intensos.

Cuándo hay que preocuparse

Si el ronquido se vuelve diario o se acompaña de pausas respiratorias, jadeos nocturnos o somnolencia diurna, puede tratarse de apnea obstructiva del sueño (AOS). El alcohol puede desencadenar episodios incluso en personas sin diagnóstico previo.

“El alcohol puede revelar una apnea obstructiva del sueño que hasta ese momento pasaba desapercibida”, advierte Cofré.

Cómo reducir los ronquidos sin dejar de disfrutar

 

  1. Evitar el alcohol cerca de la hora de dormir.
  2. Elegir comidas más livianas por la noche.
  3. Mantenerse hidratado.
  4. Dormir de costado.
  5. Registrar patrones.

Un diciembre más tranquilo empieza por entender cómo dormimos. “Mi consejo es disfrutar, pero con conciencia. Un poco de moderación puede mejorar mucho la calidad del sueño de todos en la casa”, concluye la Dra. Cofré.

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