En la isla, la salud pública también es prioridad
En el recreo Blondeau funciona el CAPS N°8, un cálido lugar inaugurado en marzo de 2018 por el intendente Abella donde profesionales de renombre trabajan para cuidar la salud de los vecinos isleños. La médica pediatra Graciela Melillo lo eligió para transitar sus últimos meses antes de jubilarse.
Lejos de la vorágine de la ciudad, en el corazón del Delta, se encuentra el Centro de Atención Primaria para la Salud (CAPS) N°8 del Recreo Blondeau, un lugar donde predomina el trato amable y la calidez de sus profesionales que se retribuyen con gestos de agradecimiento de cada paciente.
Los isleños acceden a los servicios sanitarios de medicina generalista, medicina clínica, pediatría, odontología, ginecología y obstetricia en instalaciones de primer nivel que fueron inauguradas en marzo del año pasado por el intendente Sebastián Abella.
A diario, arriban pacientes oriundos de los ríos Carabelas y Las Piedras, canal Alem, Recreo Blondeau y Tigre, entre otros sectores.
Y, hasta allí, llegaron hace poco tiempo la pediatra Graciela Melillo y el enfermero Matías Revuelta para sumar su experiencia y pasión por lo que hacen.
Con 40 años de profesión en hospitales y 20 en el Municipio de Campana, la Dra. Melillo “desembarcó” en el Recreo Blondeau para continuar con su labor hasta en tanto alcance su edad jubilatoria.
Pasó por el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, el Hospital Municipal de Zárate e incluso sumó experiencia en Capilla del Señor, San Antonio de Areco y en la Patagonia (Neuquén). Sin embargo, tal como ella asegura, “no hay nada como la isla”.
“Trabajar en este CAPS es un mundo aparte. Es hermoso. No se parece en nada a la ciudad porque acá uno trabaja con mucha paz y con tranquilidad”, comenta.
En este sentido, asegura que luego de una vida agitada que transitó entre guardia y guardia y cátedras de Farmacología en la Facultad siente el notable contraste entre “el estrés de la ciudad y la paz de la isla”.
No obstante, reconoce que “trabajar en la isla es un verdadero desafío”. Y manifiesta su deseo de que muchos jóvenes profesionales vivan alguna vez una experiencia de este estilo donde “la aparatología y la tecnología a la que nos acostumbramos, aquí no son prioridad”.
La doctora Melillo y el enfermero Revuelta coinciden en resaltar la calidez del isleño. Valoran el respeto y el reconocimiento a su dedicación y entrega en su servicio.
También estiman el compromiso del isleño con su propia salud. “Es gente que está acostumbrada a vivir en el corazón de la isla, pero son sumamente responsables y cuidadosos con ellos mismos y sus hijos. Muchas veces llega la familia completa a hacer más de una consulta”, indican.
Admiten también que las instalaciones “son una belleza”. Y la pediatra Melillo, comenta: “No creo que haya en la zona, un lugar tan hermoso como este. Este centro tiene todas las comodidades necesarias”.
Sobre ello, hace especial hincapié en las gestiones del intendente Sebastián Abella y la directora de Salud Comunitaria, Eleonora Penovi, que “eligieron gente muy preparada” y que “además siempre nos responden”. “No nos falta nada”, enfatiza.
“La gestión del intendente Abella tiene muy en claro la importancia de invertir en la salud para brindarle una mejor calidad de vida al ser humano”, agrega.
Matías Revuelta, que trabaja en el CAPS del Blondeau desde hace dos meses, también comparte esta idea de que están a disposición del paciente “para brindarle la mejor atención posible”.
De hecho, destaca la afición que les ofrece cada uno de ellos. “El paciente es más afectivo y sobre todo muy respetuoso de los tiempos de trabajo de cada uno. En la ciudad es diferente, predomina la rapidez”, dice.
Pero además asegura que de algún modo, él busca retribuirle ese afecto con una comunicación directa y agilizando turnos o estudios en el hospital municipal.
De igual manera, actúa con eficiencia ante cualquier emergencia que requiera del algún traslado.
Hacia el final de la nota, Melillo, con una sonrisa amable que dibuja su rostro, se prepara para recibir a un nuevo paciente. Pero antes de hacerlo, vuelve a resaltar la felicidad de trabajar en el Blondeau.
“En esta instancia de mi carrera, a esta edad, el Municipio me brinda un maravilloso reconocimiento eligiéndome para estar aquí. Al final de mi profesión, vivo una experiencia que no quería perderme y que sin duda recordaré siempre”, concluye.