El Gobierno busca recomponer la relación con el PRO
El Gobierno nacional inició una fase de contención política para evitar una ruptura definitiva con el bloque del PRO en el Congreso. Tras la polémica designación de los nuevos auditores de la Nación, que dejó al partido de Mauricio Macri fuera del organismo, el ministro del Interior, Diego Santilli, salió a bajar la intensidad del conflicto y ratificó la voluntad de seguir trabajando en conjunto.
La crisis estalló cuando el bloque conducido por Cristian Ritondo presentó un recurso de amparo ante la Justicia para anular los nombramientos de Rita Almada, Juan Ignacio Forlón y Cinthia Calletti. Desde el macrismo calificaron la maniobra —ocurrida durante la madrugada del 18 de diciembre— como “abiertamente inconstitucional” y denunciaron una supuesta traición por parte de La Libertad Avanza tras un pacto con el kirchnerismo y gobernadores del norte.
En un intento por preservar la alianza legislativa, Santilli destacó la lealtad que el PRO ha mantenido durante los últimos dos años. “Nosotros venimos de acompañar a La Libertad Avanza incólume. No nos hemos corrido nunca”, señaló el ministro, quien además desvinculó a la Casa Rosada de la polémica al afirmar que la designación es una “potestad del Congreso”.
Para el Ejecutivo, recomponer la relación es vital. La agenda de verano incluye temas sensibles que requieren de los votos del PRO:
- Presupuesto Nacional: El pilar del equilibrio fiscal que busca el Presidente.
- Reforma Laboral: Un proyecto que el Gobierno planea dictaminar en febrero tras las audiencias de enero.
- Modernización del Estado: Un paquete de leyes clave para la generación de empleo.
El malestar de Ritondo no es solo político sino reglamentario. Según la presentación judicial, el tema de la AGN no estaba incluido en el decreto de sesiones extraordinarias, lo que invalidaría la sesión. Además, el PRO cuestiona la falta de debate y de publicidad de la votación, realizada “sin transparencia” a altas horas de la noche.
Pese a este escenario judicial, el Gobierno confía en que el pragmatismo prevalecerá. “El vaso está mucho más que medio lleno”, concluyó Santilli, apostando a que la necesidad de gobernabilidad termine por sellar las grietas abiertas por la Auditoría.