El peronismo bonaerense mira las encuestas y aguarda una reunión entre Kicillof y CFK
A menos de una semana del crucial cierre de listas para diputados nacionales, la interna del peronismo bonaerense se intensifica. El titular del PJ provincial, Máximo Kirchner, mantiene un hermetismo que deja filtrar una frase recurrente a su entorno: “No sé qué quiere hacer el gobernador”. Esta sentencia revela la profunda distancia con Axel Kicillof y una estrategia que se ve sin rumbo, a la espera de una cumbre definitoria en la casa de Cristina Kirchner.
En las distintas terminales del peronismo se percibe un clima de incertidumbre, con una ingeniería electoral tan compleja como la que signó las listas provinciales. La cúpula del kirchnerismo cuestiona la decisión de Kicillof de desdoblar los comicios bonaerenses, al considerarla una jugada inconsulta que no logró garantizarle la emancipación de la figura de la exmandataria.
En este marco, Fuerza Patria enfrenta la ardua tarea de definir a los 35 candidatos a diputados nacionales, donde se renuevan 15 bancas. Si bien un sector de intendentes lanzó un “operativo clamor” por Máximo Kirchner para encabezar la boleta, el diputado nacional se toma distancia, evaluando si este es el momento oportuno. La principal incógnita detrás de esta cautela es el temor de un resultado adverso en las elecciones provinciales de septiembre, donde, según sondeos internos, el peronismo estaría 8 puntos abajo en la Primera Sección y apenas 6 puntos por delante en la Tercera, una diferencia histórica y atípica para un bastión peronista.
La figura de Cristina Kirchner emerge como el factor determinante. La expresidenta, que en los últimos días recibió en su domicilio a Juan Grabois y a Sergio Massa, aún no se ha reunido con Kicillof. Este encuentro es visto por el entorno de Máximo Kirchner como la instancia inevitable para destrabar la negociación y reconfigurar las relaciones de poder en el peronismo. La falta de este acercamiento, en un momento en que la expresidenta, según plantean en el kirchnerismo, “está presa y sube en las encuestas”, es interpretada como un signo de improvisación en la estrategia del gobernador.
Con el reloj corriendo, otros nombres suenan para liderar la boleta, como los intendentes Federico Achával (Pilar) y Mariel Fernández (Moreno). Sin embargo, la candidatura de Fernández no está exenta de controversias, ya que implicaría que su distrito quede en manos de Walter Correa, actual ministro de Trabajo, quien se ha distanciado del “kirchnerismo de paladar negro”. Esto expone las tensiones y los costos políticos de una campaña electoral que, a una semana del cierre de listas, se muestra más desordenada que nunca.