El cuerpo de bomberos voluntarios varelense celebró su 63º aniversario

La Sociedad de Bomberos Voluntarios, fundada el 28 de diciembre de 1955, conmemoró el día de su creación durante una emotiva ceremonia desarrollada esta mañana en su cuartel central junto a vecinos, representantes de entidades barriales, miembros de su comisión directiva y el intendente Andrés Watson.

Tras entonar las estrofas del Himno Nacional e izar la Bandera Argentina, el mandatario comunal -Andrés Watson- felicitó a todo el personal tanto por “su entrega desinteresada como por su vocación de servicio para resguardar las vidas y los bienes de los varelenses”.

“Los bomberos tienen un lugar especial en nuestro corazón porque arriesgan su vida por los vecinos de Florencio Varela, como parte de una labor humanitaria que debemos destacar”, expresó la máxima autoridad local. Al tiempo que remarcó que “cuenten con nuestro apoyo, con el Municipio; tenemos absoluta entrega con ustedes, del mismo modo que ustedes tienen con este distrito”.

Luego de un respetuoso minuto de silencio más el posterior toque de sirena para recordar con honor a los integrantes del cuerpo fallecidos durante el ejercicio de su deber, las autoridades ingresaron al salón principal donde exhibieron tanto la nueva indumentaria como el flamante equipamiento adquirido recientemente.

En este sentido, el presidente de la institución –Sergio García- se refirió a la incorporación de nuevos elementos que serán imprescindibles para el día a día del cuerpo de servidores que encabeza. “Indumentaria, como botas; equipamiento, camiones, destinados a los 120 bomberos que componen esta gran familia”, señaló.

Como conclusión, reconoció “el apoyo del intendente, me siento orgulloso y honrado; y estoy agradecido porque hayan confiado en mí y en esta comisión que trabaja desde hace años”.

Fabián Núñez, bombero que cumplió 25 años de servicio, manifestó conmovido: “Como decimos todos, la institución es nuestra segunda casa. Acá se aprenden muchos valores como el compañerismo, la camaradería, la amistad, a sufrir juntos. Se aprende a reír juntos, entonces es una gran enseñanza a nivel humano”.

Emocionado por encontrarse rodeado de amigos, colegas y seres queridos, reconoció que el deber es complejo porque “es un ambiente hostil, es ingrato a veces por lo que vemos, pero todo acá es vocación, es un llamado interno, es la necesidad de ayudar”.

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