Se presentó La novela policial “Sin dolor no hay redención”
A sala llena y con decenas de ejemplares esperando su firma, Federico Chedrese presentó en el HCD de San Isidro su segunda novela policial: Sin dolor no hay redención. Este sábado 9 de noviembre, los vecinos y aficionados de la literatura disfrutaron, nuevamente, de una jornada con reseñas y entrevista en vivo. Participaron del evento el presidente del HCD, Andrés Rolón y el Subsecretario de Espacio Público, Leandro Martín.
La aventura de escribir sin saber a dónde se va es, en palabras del autor, la manera en la que sus policiales cobran sentido. El politólogo -influenciado por su profesión y afición al cine y las artes audiovisuales-, publicó su libro en la editorial Azulfrancia, y fue acompañado en la presentación por la responsable editorial, Francisca Mauas, y el escritor Gonzalo Santos.
Federico Chedrese se formó en el ámbito político sanisidrense, más específicamente en el HCD y, recordando anécdotas, comenzó la presentación con un agradecimiento al legislativo y a su Presidente, por brindarle el espacio. Basado en su aprendizaje y carrera universitaria, el autor escribió este policial negro, como una crítica a la estructura social que determina los roles de poder y sus consecuencias. “No pongo el foco en el asesino, sino en el drama social que rodea a un crimen”, explicó el Chedrese.
“Es un mérito cómo maneja el suspenso, la trama y los saltos temporales”, destacó el escritor Santos quien, además, valoró la creación de una “novela popular” con “calidad en la estructura y la construcción de personajes”. Mauas, por su parte, recordó que, luego de la primera lectura de Sin dolor no hay redención, ya había decidido que formara parte de su editorial.
Para sus novelas, Chedrese se encarga de hacer una investigación histórica previa, que le permita contextualizar los hechos que narra. Sin dolor no hay redención transcurre en Corrientes, una provincia con gran influencia de la Iglesia y, con este escenario, el autor decide basar su historia en la crítica “no a la religión, sino a las corporaciones en sí”.