5 destinos agrestes de Argentina para reconectar con la naturaleza

Luego de un año más “normal”, llega el tiempo de pensar en las vacaciones y la tendencia sigue siendo la de buscar destinos con mucho aire libre, donde se pueda realizar actividades y ejercicio físico en espacios abiertos. En otras palabras ¡naturaleza, allá vamos!

1) La pampa bonaerense: un pulmón verde al que es fácil acceder y no requiere de mucha planificación. ¿Qué ofrece? Un horizonte infinito, salidas y puestas de sol memorables, historia de nuestra tierra y la posibilidad de disfrutar de las tradiciones y la vida de campo. Todo esto se puede vivir en Estancia La Bandada, cerca de San Miguel del Monte a tan solo 120 km de Buenos Aires. Al cruzar la tranquera uno ya comienza a disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad. La casa es de estilo colonial con espacios amplios y agradables, que invitan a descansar y a la lectura. El alojamiento es con pensión completa y actividades. A la mesa llegan recetas tradicionales, bien sabrosas y con ingredientes frescos que provienen de la huerta. Afuera se disfruta de la pileta, los juegos de campo, las caminatas guiadas y más. La mejor manera de recorrer el campo es a caballo, desde donde se puede ver la hacienda y conocer cómo se trabaja con ella. Vale la pena tomarse más que solo un fin de semana, para realmente desconectar y disfrutar del estar allí.

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2) Crucero por el Delta: puede que por estar tan cerca de Buenos Aires, no siempre se lo aprecie, pero el delta es una auténtica maravilla natural. Lo conforman un laberinto de ríos y arroyos, donde habitan más de 100 especies de aves y multitud de plantas acuáticas. Para descubrirlo, es necesario embarcarse.
Una alternativa para disfrutar de este paisaje, es la Chata Afrodita, un barco típico del delta, una chata palera remodelada y convertida en un barco de paseo muy confortable y exclusivo. Ofrece la posibilidad de dormir a bordo en un crucero de 24 h que sale desde San Fernando a pedido. En el recorrido, se navega por la primera sección del Delta, más abarrotada de lanchas y personas, y se llega a las cercanías de la segunda sección, que es también conocida como el “delta verdadero”, con más verde, más fauna y un modo de vida que vale la pena conocer. Al atardecer se apaga el motor y se disfruta del cielo estrellado y el murmullo de la corriente del río. Imperdible la luz del amanecer, los destellos del rocío en cubierta y la naturaleza circundante que desprende los perfumes matinales. Mientras que se desayuna comienza el ronroneo del motor, poniendo la Chata rumbo al puerto. La Chata ofrece también diferentes salidas de 3 a 4 h durante todo el día y con distintas propuestas de servicio a bordo.

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3) A los pies del Champaquí. En Traslasierra, Córdoba hay un lugar que parece tenerlo todo: un clima benigno, bosques, arroyos con piletas naturales y cascadas, senderos por valles y quebradas, cantidad de hierbas medicinales y una exquisita gastronomía con ingredientes regionales. Esto es Estancia La Constancia, una antigua estancia, ubicada en San Javier, a 1400 mts sobre la ladera del Cerro Champaquí, que, por cierto, es un paraíso para los amantes del trekking.
Para las vacaciones de verano La Constancia propone un programa semanal de sábado a sábado, con actividades variadas planificadas para cada día, tales como caminatas, talleres, juegos de orientación, cabalgatas, arquería, entre otras. También hay actividades artísticas y recreativas para los más chicos. Un programa infalible en el que disfrutan grandes y chicos. No hay que ni pensar en las comidas, está todo previsto. Su gastronomía se destaca por el uso de ingredientes de la propia huerta o producidos en la zona. Imperdible el asado con verduras asadas, el cordero braseado, la trucha a la plancha, pastas caseras con salsa de hongos o al pesto, lasaña de verduras, risottos y el goulash.

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4) Patagonia Azul desde Camarones. Un lugar poco conocido, una auténtica joya. Es un territorio que la UNESCO designó como reserva de biósfera Patagonia Azul (2015). Esto quiere decir que designan el área como un lugar en el planeta que tiene características especiales, no solamente en términos de ecología sino también culturales. La inmensidad del mar que se mezcla con la estepa patagónica, hay pequeños pueblos costeros como Camarones, y una gran biodiversidad. Es la reserva que mayor superficie tiene de océano incluido, de 3.100.000 hectáreas. ¿Cómo visitarla? En Camarones hay varios alojamientos, donde se recomienda parar por al menos 3 noches. En esos días coordinar excursiones con la familia Juanto, quienes hace más de 15 años se dedican a compartir su pasión por el mar con quienes se acercan a explorar la zona. Sus excursiones aseguran buenos avistajes y circuitos para recorrer la Reserva PATAGONIA AZUL, como navegaciones para avistaje de toninas y avifauna marina; la navegación al Faro Leones; y excursiones terrestres a la Reserva Cabo Dos Bahías (1973), que protege una colonia de pingüinos de Magallanes, y a una Estancia Patagónica de la Fundación Rewilding Argentina que se encuentra en transición hacia una reserva natural. Además, hacen una caminata guiada por Camarones, para compartir la historia de este lugar y la tradición de las auténticas estancias patagónicas. Sus excursiones y recorridos ayudan a conocer más, y uno comienza a entender mejor la necesidad de preservar tan rico patrimonio natural y visitar respetándolo.

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5) Cabalgata a los glaciares escondidos. Un plan para avezados jinetes, que buscan aventura y paisajes prístinos: recorrer a caballo el extremo sur del Parque Nacional Los Glaciares, en un programa de 4 noches hacia los Glaciares Escondidos. Un programa que comienza con una noche de alojamiento en la Estancia Nibepo Aike, una de las primeras estancias de la zona con más de 100 años. Las siguientes 3 noches se pasan en puestos rurales, verdaderas sedes de operación para la actividad de campo. Durante la cabalgata se visita el hito fronterizo con Chile, los campos de veraneo del ganado de la estancia y se bordea parte de la orilla del brazo sur del Lago Argentino. Al 3er día de cabalgata los jinetes dejan los caballos en la costa del lago para plegarse a la excursión de Glaciar Sur Aventura que viene desde El Calafate navegando el brazo sur del Lago Argentino. Una vez abordo se navega hasta la cabecera sur, desde donde inicia un trekking hasta el lago Frías. Allí se navega hasta la otra orilla, y el trekking continúa por el lecho del antiguo río Frías hasta llegar a destino: el anfiteatro de los glaciares Gorra, Frías y Grande en cuyos pies hay una laguna con icebergs. Por la tarde se regresa… ¡al puesto de la Laguna! para volver al día siguiente cabalgando nuevamente a la estancia.
Fechas de salidas fijas los tres primeros viernes de cada mes, de diciembre a marzo.
[email protected] – @nibepo_aike